Desde el inicio de la humanidad, el hombre ha tenido en cuenta la importancia de los rayos solares y el calor que produce hacia cualquier objeto que esté expuesto a ellos, y aunque no se sabe con certeza a partir de qué fecha se comenzó hacer uso pasivo de la energía solar, existen registros muy antiguos que datan de los años 400 a.C, en donde griegos y romanos empezaron a utilizar metales y cristales para sacar mayor provecho de la radiación solar, obteniendo así, los primeros avances, creaciones y conocimientos de todo lo que puede aportar este recurso natural renovable. Si quieres saber a detalle toda la historia de la energía solar y sus antecedentes no dejes de acompañarnos.
Energía solar pasiva en la antigüedad
El aprovechamiento energético solar de forma directa o pasiva como también es conocido, comenzó en Grecia, en donde las construcciones que se realizaron a partir del año 400 a.C se tomaba en cuenta la orientación de las infraestructuras para aprovechar los rayos salares durante más tiempo, al igual que se hizo uso estratégico de ventanas para permitir una mejor entrada de luz solar, del mismo modo, los romanos implementaron el uso de cristales en viviendas y estructuras agrícolas para atrapar el calor emitido por el Sol durante los días fríos, esto fue tan importante para la sociedad de esa época, que se promulgó una ley que condenaba a toda persona que obstruyera el acceso de la luz solar a su vecino.
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No fue hasta el siglo III a.C donde se comenzaron a dar usos diferentes a la luz solar, destacando el rayo de calor de Arquímedes, el cual, según escritos antiguos consistió en la construcción del espejo ustorio, un escudo de forma cóncava creado de bronce y tan brilloso como un espejo que se colocaba en lugares estratégicos para captar los rayos solares y direccionarlos a un mismo punto con temperaturas tan altas que eran capaz de incendiar barcos de madera a una distancia de 50 metros.
Origen de la energía solar térmica
La energía solar térmica tomó su lugar en la historia en 1.767, año en el que el científico suizo Horace Bénédict De Saussure realizó un gran aporte al campo de la energía solar, inventando el heliotermómetro, un instrumento capaz de medir la radiación solar, dando paso a la construcción de otros instrumentos que se utilizan en la actualidad para el mismo fin.
Pero esto solo fue el inicio, ya que poco tiempo después, Horace Bénédict De Saussure creo el primer colector solar, motivando a otros inventores como el francés Auguste Mouchout, quien en 1.865 logró convertir la energía térmica en energía mecánica, esto gracias a la construcción de la primera máquina a vapor, que contaba de un colector que atrapaba el calor de los rayos solares y generaba un vapor a altas temperaturas, capaz de activar el movimiento de un motor mediante la presión. Mouchout también creo una cocina solar haciendo uso de un depósito negro cubierto de cristal, en el cual introducía alimentos y los exponía a los rayos solares para su cocción.
Origen de la energía solar fotovoltaica
El efecto fotovoltaico fue descubierto en 1.838 por Alexandre Edmond Becquerel, para ese entonces, el físico francés se encontraba realizando un experimento con una pila electrolítica y electrodos de platino, percatándose que al exponer sus instrumentos directamente a los rayos solares la corriente eléctrica subía, pero dicho avance se quedaría hasta ahí en ese momento.
Años más tarde el ingeniero eléctrico inglés Willoughby Smith descubriría el efecto fotoeléctrico en sólidos, específicamente en 1.873 cuando realizaba experimentos sobre el selenio, pasos que siguieron a detalle sus compatriotas William Grylls Adams y Richard Evans Day en 1.877, quienes crearon la primera célula fotovoltaica de selenio.
No fue sino hasta el año 1.953, en donde Daryl Chapin, Gerald Pearson y Calvin Fuller realizaron un experimento similar y crearon la célula solar de silicio, una opción más eficiente que era capaz de movilizar pequeños artefactos mediante la generación de energía eléctrica, teniendo como fuente de alimentación los rayos solares, tecnología que se perfeccionó y se comercializó 3 años después cuando salieron a la venta los primeros paneles solares, los cuales eran muy novedosos y llamativos, pero a la vez muy costosos.
Renacimiento de la energía solar
La energía solar como comercio y uso cotidiano había quedado totalmente en el olvido por su elevado costo de producción, pero a partir de la década de 1.970 el incremento del precio de los combustibles fósiles por la escasez del petróleo fue tan exponencial que, contribuyó con el renacimiento de la energía solar, en donde se comenzó a hacer uso de ella para la calefacción de áreas y aguas, tanto a nivel industrial como doméstico, seguidamente se iniciaron las primeras instalaciones fotovoltaicas para la generación de electricidad comercial, proceso que tomó mayor interés económico y social con el inicio de La Guerra del Golfo de 1.990 y la disputa por el tan preciado oro negro.
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